BUYÁJILO es el grandioso palabro que empleaba mi padre cuando era pequeño para referirse a bolígrafo. Y es doblemente significativo ya que en la gran mayoría de los casos un bolígrafo es lo que en primer término empleamos para dar forma a nuestras ideas. Una película, una novela, una canción, nacen de la mano de la tinta. Si el agua es el elemento que hace posible la vida humana, quizás sea la tinta su análogo en el reino de las ideas. Lo que convierte al bolígrafo en el contenedor de la vida de las sueños.

Elemental, querido buyájilo.